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Vacaciones en Thailandia

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  • Re: Vacaciones en Thailandia

    Si, ya contare... pero no tengo fotos, expcepto un par de katoeys que estan en internet.

    Por cierto una cosa que me jodia infinitamente es la gente en Walking st., Pataya tomando fotos y filmando a saco. Joder!!! Eso deberia estar prohibido como en el barrio rojo de Amsterdam.

    Una era esta, en Nana Plaza: http://fhg.lb-69.com/lb-69/624_Icecy...php?id=1195706

    Y en Pataya esta: http://galleries.ultimatetgirl.com/photo/asian/1/136/
    (de esta no estoy completamente seguro que sea, pero era tal cual, sin photoshop ni leches, misma cara, cuerpo, expresion y pose/planta. O sea que si no era ella, era la gemela, o sea que de facto como si lo fuera)

    Hubo 3 o 4 mas tambien. Ya explicare pronto alguna de las historias mas destacadas.




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    • Re: Vacaciones en Thailandia

      PILLADO IN FRAGANTI (EPÍLOGO)



      Al despertar la mañana siguiente, automáticamente, todas las preocupaciones que mientras estuve con Nun Si había olvidado, volvieron de repente.
      Cuando tenía el pensamiento ocupado con aquel bombón ni me acordaba de la pillada pero ahora mientras me desperezaba en la cama un sudor frío comenzó a correr por mi cuerpo.

      En un momento estaba totalmente convencido de que se habían dado cuenta y al instante siguiente volvía a cuestionar el tema dejando un resquicio de esperanza. “Tal vez iban demasiado pendientes de sus conquistas para fijarse” pensaba, para a continuación rebatirme a mí mismo con un “si a ellos se les pasó, seguro que a las chicas no, y fijo que se lo dijeron”. De ahí a la psicosis había un trecho tan pequeño que o me decidía a enfrentarme cuanto antes con esos temores o me iba a volver loco.

      Mientras me duchaba fui pensando algunas excusas para comentar en el desayuno con los colegas. Pensé incluso en entrarles directamente diciéndoles que la chica con la que me habían visto me confesó poco después de dejarles que era un tío. Evidentemente les diría que pasé de ella y elegí otra. El cachondeo que armarían no sería muy grande y, sí ya estaban advertidos de su sexo por sus amigas, la excusa encajaría perfectamente.
      También pensé en no decir nada y si ellos se burlaban, fingirme sorprendido y hasta reírme asegurando que Nun Si tenía vagina. Desaparecida la prueba del delito era su palabra contra la mía.

      Como entre unas cosas y otras me había demorado más de lo habitual, llegué un poco retrasado al bar del hotel descubriendo a mis amigos en una mesa con el habitual resto que dejan los desayunos bufet de platos con restos de comida y vasos de zumo vacíos.
      Al aproximarme a su mesa sentí como me observaban casi como si me viesen por primera vez, de nuevo la psicosis. A pesar de que traté de aparentar tranquilidad el nerviosismo que llevaba encima hacía que mis movimientos, lejos de ser normales, se pareciesen a los del negro de Boney M.
      Me senté en la mesa mientras intentaba explicarles el plan A (me dijo que era ladyboy y pasé de ella) pero fui incapaz de articular palabra. En ese momento uno de mis colegas me miró y me soltó a modo de buenos días: “¿Qué tal? Así que 2000 bath, ¡joder ¿pero que se creía?!
      De verdad que me quedé descolocado. ¿2000 bath? A Nun Si le había dado 1000, ¿de que estaba hablando?
      Al ver mi cara de perplejidad continuó: “Sí hombre, la tía de ayer, la que te pidió 2000”.
      Esto sí que no me lo esperaba, resulta que la absurda excusa que les había dado para justificar que no estuviese con la chica con la que me habían dejado les había impresionado tanto por tratarse de una cantidad tan disparatada que se habían quedado con ese detalle más que con los detalles de mi nueva amiga.
      Total que les seguí la corriente poniendo a caer de un burro a las que tratan de ir de listas, que si que se piensan, que si nosotros ya no somos unos pardillos primerizos y bla, bla, bla.

      Por supuesto que no dije nada de nada. Pensaba que si ellos estuviesen en el secreto lo hubiesen comentado lo primero. ¡Menuda noticia! Su colega de toda la vida saliendo con un travelo, como para dejarme ir sin despellejarme.
      En realidad eso lo pensé entonces, algún tiempo después me di cuenta de que si verdaderamente se hubiesen dado cuenta es muy posible que, de entrada quedasen muy sorprendidos, pero que hubiesen acabado actuando así.
      Hasta el día de hoy sigo sin saber si aquella noche me pillaron totalmente pero su amistad hizo que se comportasen como si no hubiesen visto nada o si realmente no se enteraron de nada.

      Durante todo ese día y por la noche también, seguí tan acojonado por lo que había estado a punto de pasar que no me despegué de ellos ni un minuto y acabamos los tres con tres chicas que conocimos en el mismo bar.
      Sawasdee Ka (Hola)

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      • Re: Vacaciones en Thailandia

        amigo iblov ya me gustaria que una de esas preciosidades de oriente se viniera a España para poder estar con ella seria un sueño hecho realidad

        Comentario


        • Re: Vacaciones en Thailandia

          Iblov, impresionantes tus relatos y qué envidia nos has dado. Enhorabuena.

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          • Re: Vacaciones en Thailandia

            ÚLTIMA NOCHE EN PHUKET

            Las vacaciones estaban tocando a su fin, nos quedaban sólo 2 noches en el país, y una pesadumbre melancólica se apoderó de nosotros. Cuando se está muy a gusto en un sitio es tan difícil resignarse a volver a la rutina que la última mañana libre en Phuket ese aplanamiento hizo que apenas disfrutáramos de las playas más maravillosas que he visto en mi vida y que años más tarde serían arrasadas por el trágico tsunami de 2004.

            Las chicas con las que habíamos “ligado” la noche anterior se limitaron a un “short time” así que desayunamos solos planeando lo que podíamos hacer ese último día en la isla.
            No quiero resultar pesado pero me gustaría hacer hincapié en que lo que allí llaman short time no tiene que ser confundido con nuestro “kiki”. En Thailandia el tiempo empleado oscila entre una y dos horas, vamos como un “super completo” de aquí.

            Decidimos ir a la capital de la isla, Phuket town, que está en el interior y por ese motivo no es muy turística. Alguien en el hotel nos había comentado que tenía bastante atractivo por sus mercados y algunas casas típicas de la zona.
            Tomamos un autobús local en el que éramos los únicos guiris y nos presentamos en la ciudad en una media hora, creo recordar.
            La verdad es que no nos pareció nada del otro mundo pero sí que mereció la pena por escapar un rato de la presencia continua de otros turistas. Comimos por mucho menos de lo que nos cobraban en Patong y encima se veía que era cocina auténtica thailandesa no como la que habíamos estado probando esos días que estaba buena pero se notaba que la hacían pensando en los paladares occidentales.
            También compramos algunas cosas en un centro comercial a precios mucho más bajos que en la costa.

            De vuelta en el hotel nos pasamos la tarde en la piscina escribiendo postales que sabíamos iban a llegar mucho más tarde que nosotros pero eran tiempos en que los emails no eran tan cotidianos como ahora y los amigos y familiares no te perdonaban que no les hubieses mandado una postalita.

            Hablamos de aprovechar que era la última noche y darnos un homenaje a base de marisco pues al día siguiente íbamos a estar en Bangkok e imaginamos que estaría más fresco y barato en la isla.
            Dicho y hecho, en un restaurante pequeño pero que ofrecía a la vista su mercancia elegimos lo que habría de ser el broche gastronómico a la estancia en la isla de Phuket.

            Tras el banquete y para no modificar las costumbres adquiridas en las seis noches anteriores, salimos dispuestos a recorrer unos cuantos bares, disfrutar de las bebidas frías y de las chicas “calientes”.
            Yo no me despegaba de mis colegas, el mal rato que pasé durante la pillada de hacía dos noches aún me angustiaba así que había decidido que si me enrollaba con alguna esa noche sería de nuevo una chica genética.

            Pero pasó lo que tenía que pasar.

            Como ya he comentado, la zona con mayor concentración de travestis que vi era Soi Crocodile lo cual no quiere decir que fuera de esa calle no hubiese ninguno; de hecho en bastantes bares había alguna. La mayoría de ellas estaban acompañadas de un turista así que es posible que se tratase de una freelance que había sido invitada por el cliente aunque pudiera ser que trabajasen allí, esto no lo puedo asegurar.

            Mientras estábamos en un bar vi entrar una ladyboy que se dirigió a la barra directamente. En aquel caso no había duda ninguna, se notaba bastante que había nacido varón aunque no es que fuese basta, no ¡para nada! tan solo tenía un tipo más a lo brasileño, por tratar de describírosla. Era bastante corpulenta por lo que contrastaba con las camareras y chicas de aquel lugar, en España no hubiese destacado tanto pero allí no pasaba desapercibida precisamente.

            Por lo que llevo contado ya os habréis dado cuenta que mis preferencias se decantan hacia las trans muy femeninas y delicadas, cuanto más difíciles de detectar mejor, por lo que esa desconocida recién llegada tendría muy pocas posibilidades de captar mi interés ¿no? Así debería haber sido pero estas cosas de los gustos y preferencias no se rigen por leyes inamovibles y la verdad es que desde el primer momento que apareció sentí un cosquilleo en el escroto y una necesidad imperiosa de conocerla a fondo y tener una sesión de sexo salvaje pues eso es lo que insinuaba su figura. Una hembra para no andarse con rodeos ni florituras sino a la que besar, magrear y penetrar con decisión y energía, alguien con quien quedar rendido, extasiado, sudoroso, agotado; en resumen una trans que ahuyentaba al “poeta” y despertaba la bestia que permanecía aletargada desde que aterricé en Thailandia hacía más de dos semanas.

            El problema que se planteaba era como iba a abordarla si seguía con mis amigos. Además ¿no me había prometido a mí mismo que no iba a seguir jugándomela con más ladyboys y que iba a estar sólo con chicas?
            En ese momento la desconocida del impresionante tipazo salió del local. Acabada la tentación se acababa el peligro.

            Todavía era muy pronto y nos apetecía más seguir mirando el ambiente que invitar a alguna chica a unirse a nosotros, ya habría tiempo más adelante. La música del bar donde estábamos era muy buena y habíamos cogido un sitio estupendo para ver transcurrir la vida de Bangla road por lo que permanecimos en el local otro par de cervezas más.
            Y en eso que la pantera volvió a entrar con unas bolsas que llevó hasta la barra y de las que sacó comida preparada en bandejas como las que te ponen las hamburguesas.
            Yo trataba de ser discreto en mi observación pero decidí olvidarla antes de que mis colegas me pillasen mirándola a hurtadillas. De nuevo el terror a ser pillado.

            Transcurrido un buen rato cambiamos de bar y ya comenzamos a seleccionar las “presas” de aquella noche. Como ya había pasado otras veces uno de mis colegas se fue primero pues encontró pronto a su cariñito.
            Yo, que no hacía más que darle vueltas a la cabeza sobre que esa era la última noche en la isla y con la imagen de la pantera volviendo a mi imaginación una y otra vez, tomé una decisión quizá ayudado por el efecto afrodisíaco de la cena; tenía que acostarme con otra ladyboy costase lo que costase. Quien sabe si al día siguiente en Bangkok iba a tener otra posibilidad.

            La verdad es que me resultó sencillísimo. Le conté a mi amigo que esa noche quería sólo un masaje erótico, que no me apetecía sexo, así que le propuse buscar esa noche entre las chicas que están fuera de los bares y a las que no hay que pagar barfine por sacarlas del local. A él le pareció bien ya que todo lo que pudiese ahorrarse lo tendría para las compras finales de Bangkok.

            Hablamos con las que vimos más atractivas y nos sentamos en una terraza. La que yo elegí accedió hacer un masaje por 500 bath y mi amigo creo que ofreció 1000 por un completo. Seguramente mi chica pensaría que yo finalmente me pondría a mil y acabaría pagando 500 más para tener “happy end”.
            No fue así, mi estrategia era regresar al hotel guardando las formas y acabar con la chica sin tener sexo, eso lo quería reservar para la última ladyboy de Phuket y, tal vez, del viaje. Si para eso tenía que pagar 2500 pesetas (15 €) pues tampoco me iba a arruinar.

            Todo salió según lo planeado. Regresamos al hotel los 4, mi chica se marchó algo defraudada a los 30 minutos y 10 más tarde salía yo con la intención de encontrar a mi pantera particular.

            Sawasdee Ka (Hola)

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            • Re: Vacaciones en Thailandia

              Iblov:

              Da gusto leer tus relatos, son una maravilla y tus experiencias me dejan con los dientes largos.

              Eres grande.
              La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo.

              Comentario


              • Re: Vacaciones en Thailandia

                Hola Iblov,

                Como dice Hercules, da gusto leer tus experiencias, Fue una lástima, no lo culminaras, con tu pantera particular, bueno quizas en otra ocasion

                Un Saludo
                Vive la vida, que para eso está

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                • Re: Vacaciones en Thailandia

                  Originalmente publicado por Casio2009
                  Fue una lástima, no lo culminaras, con tu pantera particular, bueno quizas en otra ocasion

                  Un Saludo
                  No te precipites amigo ¿tan poca confianza inspiro?
                  Sawasdee Ka (Hola)

                  Comentario


                  • Re: Vacaciones en Thailandia


                    ÚLTIMA NOCHE EN PHUKET (II)



                    Con la idea en mente de tener la última experiencia trans en la isla regresé sobre mis pasos al bar donde había visto a la chica que me había impresionado. Su figura tan exuberante y su forma de contonearse al andar habían hecho que ella estuviese la primera en la lista de candidatas pero si no la encontraba, o si no llegábamos a un acuerdo, no me faltarían otras opciones.

                    Unos metros antes de llegar al local ya vi que no se encontraba dentro. Se me ocurrió preguntar por ella a las camareras pues imaginé que si iba a cenar allí la conocerían y podrían darme alguna pista sobre donde hallarla.

                    La conversación fue muy dificultosa pues la chica que había tras la barra tenía un nivel de inglés muy bajo y no conseguía hacerla entender lo que quería. Al final y con la ayuda de otra chica y mucha mímica me preguntaron:
                    -Tina?
                    (en realidad he olvidado su nombre, pero pongamos que era ése)
                    -No sé, no la conozco pero quiero hablar con ella.
                    -Trabaja en uno de los bares de Soi Kathoey.
                    -Soi Kathoey?
                    -Sí, una calle aquí cerca.
                    -Soi Kathoey es Soi Crocodile?
                    -Sí, sí.

                    Lo que me faltaba, aparte del problema del idioma ahora resulta que para orientarte has de conocer el nombre de las calles y sus apodos.


                    Desde el episodio con Amy había evitado pasar siquiera cerca de aquel callejón, no quería que ella me descubriese ligando con otra. Todavía estaba abochornado e imaginármela observándome con desprecio hacía que me subiesen los colores de vergüenza.
                    Pero estaba claro que si quería intimar con Tina tendría que arriesgar, así que me armé de valor y, junto a otros mirones que contemplaban a las ladyboys que bailaban en la plataforma que hay en el inicio, revisé los bares más cercanos a mi posición sin dar ni con Amy ni con Tina.

                    Entré y comencé a pasear por la zona contraria a la que me senté la anterior vez hacía cinco días. Tuve suerte y di con mi voluptuosa amazona pero al acercarme me di cuenta que se encontraba acompañada. Por un instante pensé en buscar a otra, allí había más de las que pudiera desear, pero pensé que podía tomar una cerveza mientras esperaba a ver si Tina se marchaba con el tipo o no.
                    Me situé cerca de ellos con él dándome la espalda. Rechacé a un par de gatitas que vinieron a por mí en el momento que me acodé en la barra y estuve disfrutando de mi birra mientras contemplaba descaradamente a Tina. Ella no tardó en darse cuenta pero siguió conversando y jugueteando con aquel guiri.
                    Normalmente no soy tan descarado pero envalentonado por las bebidas de la cena y las cervezas posteriores, cada vez que nuestras miradas se cruzaban yo colocaba mis labios alrededor del cuello del botellín y le daba un trago que dejaba bien a las claras cuales eran mis intenciones.

                    Pasó algo más de un cuarto de hora cuando el guiri se levantó y se marchó. No había dado ni cuatro pasos cuando yo ya había ocupado su sitio. Ahora lo pienso y fui demasiado imprudente, si el tío había ido al lavabo o algo así y pensaba regresar me estaba ganando una bronca pero es que tenéis que haceros a la idea del calentón que llevaba yo después de un body-body masaje.

                    Antes de que Tina tuviese tiempo a decir nada la solté:
                    -I want fuck you tonight (Quiero follar contigo esta noche).
                    A partir de ahí todo fue de lo más sencillo, yo ya había puesto mis cartas sobre la mesa así que solamente había que terminar de acordar el precio. Invité a Tina a tomar algo pero aún tenía la bebida de antes, yo preferí no seguir bebiendo más pues estaba con el “puntillo” y no quería ir más allá.

                    La conversación discurrió por el cauce habitual; de donde era, cuanto tiempo llevaba en Phuket, etc., etc. Yo volví a encarrilarla con un directo:
                    -I like to do EVERYTHING. And you? (Me gusta hacer TODO ¿y a ti?)
                    -Everything? (¿Todo?)
                    -Yes. Can you be top? (Sí. ¿Puedes ponerte encima?)
                    -If you like…(Si quieres…)
                    -1000 baths is ok?
                    -Mmm. No tip for taxi? (Mmm ¿Y una propina para el taxi?)

                    La dije que si era buena conmigo ya veríamos y ella estuvo de acuerdo. Pagué su multa y salimos de la zona.

                    Al hotel no quería, por no cruzarme con los colegas, ni podía volver ya que ya había estado con la chica del masaje así que propuse a Tina ir a algún hotel por horas. No fuimos al mismo que la vez que estuve con Amy pero era del mismo estilo y costaba un precio parecido.

                    Ya en la habitación Tina me ofreció la toalla para pasar a ducharme pero yo la dije que acababa de hacerlo. Mientras ella se aseaba yo aproveche para desnudarme y poner el cuarto a tono. Salió con el pelo recogido con una goma, el pecho al aire y la toalla enrollada a su cintura.

                    Nos sentamos al borde de la cama y comenzamos a acariciarnos. Recuerdo que ella se quedó extrañada y se acercó a oler que era lo que impregnaba mi piel; el aceite corporal del masaje. Lo había olvidado, tampoco es que fuese algo desagradable pero para que no hubiese resbalones imprevistos me di una ducha ultra rápida y volvimos al ataque.

                    Continuamos la ración de toqueteo y besos. Desprendí la toalla de la cintura de Tina sin bajar la mirada y busqué su miembro con ávidas manos. Esta vez el extrañado fui yo, a pesar de que estaba morcillona tenía una longitud y un calibre que ignoraba se diesen por esos pagos.
                    Tuve que mirarla para terminar de creer lo que tenía en mi mano pero no había duda, la polla de Tina era tan grande como la mía.
                    -“Big?” Dijo la bandida con una sonrisilla en los labios.
                    -“VERY big”. Respondí yo.

                    Repuesto de esa sorpresa seguimos con los besos y caricias no sin antes pedirla que se quitase la goma del cabello, me encanta la sensación de sentir el pelo suelto de mis compañeras sobre mi piel. Como con todas las thailandesas que estuve, chicas y travestis, Tina también gustaba de prolongar los juegos antes de la penetración y yo encantado de la vida. Cuando leo los relatos de las profesionales que se limitan a recibirte y a tumbarse para que las folles cuanto antes y acabes pronto me vienen a la memoria aquellos recuerdos y me doy cuenta que lejos están algunas de la profesionalidad de las asiáticas.

                    Tina tuvo que hacer muy poco para que mi polla se pusiese a cien. Hubiese preferido seguir más rato con los preliminares pero al ver que la coloración de mi cipote iba pasando del rojo carmesí a un morado intenso me di cuenta de que o se la metía o me correría fuera. Así que con un pequeño gesto que ella entendió perfectamente la enfundó en su protección de latex, la impregnó con algo de lubricante y se giró quedando a cuatro patas sobre la cama con la cabeza apoyada en la almohada dándome la oportunidad de penetrarla de pie desde el suelo o también de rodillas como ella.
                    Me decidí por la segunda opción pues así tenía el contacto más pleno y podía agacharme para quedar recostado sobre su espalda.

                    Empecé con la maniobra de penetración. En ese punto toda la vida he envidiado la habilidad de los actores de las pelis porno que aciertan casi siempre a la primera. Yo soy algo torpe en el coito anal por lo que procuro ir acercándome muy poquito a poco e ir tanteando disimuladamente con una mano mientras acaricio su polla y huevos para descubrir la entrada trasera.

                    Ya dentro de ella empecé a bombear muy suave mientras la mordisqueaba el cuello, ella giraba la cabeza sacando al máximo su lengua invitándome así a que le comiese la boca de manera brutal. Me tumbé sobre su espalda consiguiendo que los brazos quedasen liberados del apoyo, uno de ellos fue raudo en busca de las tetas mientras el otro bajaba a palpar sus genitales.

                    Tina, con la excitación del polvo, ya había conseguido una erección plena así que empecé a pajearla muy despacio y haciendo el recorrido muy largo. La excitación del prepucio cubriendo y descubriendo el glande debió ser mucha pues enseguida comencé a notar la humedad del líquido preseminal entre mis dedos. Detuve la maniobra para que no se corriera y concentré las dos manos en las tetas.

                    Yo notaba como algo iba tensándose en mi interior como el dique de una presa tratando de contener una riada inmensa. Traté de pensar en otra cosa para prolongar un poco más la penetración pero hay cosas contra las que no se puede luchar y la calentura que llevaba esa noche tras el sensual masaje más el rato con Tina hicieron que llegase a un orgasmo muy largo y casi doloroso. Al retirar el condón ha sido una de las veces en las que más semen he visto.

                    Tras el polvo, un instante de relax, un duchazo de cintura para abajo y a relajarse en la cama abrazadito a Tina; el guión habitual de los polvos tailandeses.

                    Cuando ya había transcurrido un rato volví a meter mano a su paquete que en este tiempo había vuelto a ponerse flácido. No quise chupárselo por lo que acabo de contar acerca del fluido preeyaculatorio y sentí no haberlo hecho antes; parecía que Tina se iba a escapar sin que le comiese la polla.

                    Al ver Tina el empeño que yo tenía en que volviese a conseguir una erección me preguntó: “You want I fuck you? (¿Quieres que te folle?)”
                    Asentí como sin mucha seguridad mientras le decía con algo de temor: “Very big”
                    La verdad es que no las tenía todas conmigo, por un lado iba tan salido que me apetecía probar pero por otro me daba bastante respeto. Al final me lié la manta a la cabeza y me dispuse a intentarlo.

                    Ahora fui yo quien siguiendo las ordenes de Tina se puso a cuatro en la cama. Ella me lubricó con un dedo hasta bien adentro sin mayor problema pero cuando comenzó a meterla me dolió como nunca me ha dolido el culo.
                    La sacó, volvió a ponerse gel y probó de nuevo. Consiguió meter el bálano soportando yo un dolor tremendo pues pensé que pasado el glande dejaría de doler, pero no.
                    Aún hizo una tercera intentona, esta vez en otra postura, y tampoco hubo manera. Tina no tenía la pericia suficiente para penetrar sin hacer daño. Imagino que al ser una práctica que se la exigían poco no había conseguido la maestría que muchas tienen hoy.

                    En esos momentos yo estaba bien jodido, tenía el culo que me palpitaba de dolor pero seguía con un calentón monumental. Pensé volver a ducharme para, con el agua fresca, aliviarme el ojete así que invité a Tina a unirse a mí en un lavado mutuo.
                    Para que no pensase que con eso acababa la sesión comencé allí mismo a comerle los labios y a frotar mi polla con su culo mientras le susurraba: “I’m horny, I want more”.

                    Tina no objetó nada en absoluto así que nos secamos y volvimos a la cama a por más.
                    Por lo menos iba a conseguir probar su polla que estaba limpia y reluciente. La indiqué de empezar con un 69 y así estuvimos un buen rato hasta que llegó el momento de atacar al segundo de la noche.
                    Esta vez yo me tumbé de espaldas semiincorporado con unas almohadas en la espalda y Ella se sentó sobre mí dándome primero la espalda para después cambiar al frente. En esta segunda ocasión pude aguantar un poco más, cosa que no acabo de explicarme bien pues con todo el atractivo salvaje que tenía y con las vistas (y los tactos) que esa posición me proporcionaba aún no sé como no me corrí más rápido.

                    Tina la tenía muy tiesa pero no hizo nada por correrse conmigo y yo nunca les pido a ellas que lo hagan. Si se hubiese masturbado tampoco la habría dicho que no lo hiciera, es decir, lo dejo a su voluntad pero si me preguntan les digo que por mí no lo hagan. Es que el semen sobre mi piel no me resulta agradable.

                    Con dos polvos y un tercero frustrado pensé que sí se había ganado una propinilla y al vestirnos la di en total 1100 bath aunque yo ya sabía que no iba a tomar ningún taxi sino que volvería a su bar al quedar todavía algo de noche por delante.

                    No tengo fotos de ella pues al no haberlo hecho en el hotel donde tenía la máquina y como no me apetecía llevarla a los bares no tenía con que tomárselas, el tiempo de los móviles con cámara aún no había llegado.
                    He buscado su cara por Internet pero el haber olvidado su nombre ha sido una dificultad añadida y después de trascurrido tanto tiempo no estoy del todo seguro cuando veo alguna chica que corresponde con su constitución física de si es ella.
                    Una de las que más se parece es Lekk incluso puede que fuese ella, de lo que estoy seguro es que con quien estuve no tenía el tatuaje del vientre, aunque también puede ser que se lo hiciese después.
                    En fin, sea Lekk o no lo cierto es que tiene el mismo tipo de femme fatale que tanto me atrajo y su cipote no es precisamente pequeño.

                    Hacedme caso, aunque incluso yo suelo referirme a menudo acerca del pequeño tamaño de los penes de las ladyboys, no todas lo tienen chiquitín siendo el de unas cuantas de unas dimensiones considerables. Luego no digáis que os han hecho pupita.

                    Sawasdee Ka (Hola)

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                    • Re: Vacaciones en Thailandia



                      Ésta es LEEK. Se parece mucho (quizás sea) a la protagonista del anterior relato.








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                      • Re: Vacaciones en Thailandia


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                        • Re: Vacaciones en Thailandia

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                          • Re: Vacaciones en Thailandia

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                            • Re: Vacaciones en Thailandia

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                              • Re: Vacaciones en Thailandia

                                pero que sinverguenza eres

                                ufff Iblov, que pedazo de relato, me ha encantado, que bonita experiencia

                                si bien es cierto, que en mi anterior mensaje dije que otra vez será, me sorprendio que con el calentón que tenías, te hubieras ido al hotel sin deshaogarte.

                                gracias por contarnos tu experincia.
                                Vive la vida, que para eso está

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