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Una experiencia inolvidable

Aunque estoy felizmente casado hay ciertos placeres que mi esposa no puede satisfacer. Por lo tanto, he aquí mi relato.
Hace aproximadamente 15 años mientras paseaba por un centro comercial semi vacío note varias miradas de un tío que, al igual que yo, caminaba sin ningún rumbo en particular. Mas tarde, cuando estaba en un baño de dicho centro aliviándome de varias cervezas frente al urinario, el mismo tío entro y se acomodo frente al urinario que estaba a mi lado. No pude evitar mirar de reojo hacia abajo y notar que el se sobaba suavemente su polla que aun sin estar empalmada lucia de un buen tamaño. El se dio cuenta y también miro mi polla que ya estaba a punto de empalmarse. Dejando de fingir le mire a los ojos y con una breve sonrisa termine de orinar y me retire del baño.
Una vez afuera me senté en una banqueta cerca de la salida y espere a que saliera el tío. En efecto, él salió y al verme sentado se acerco a mí y comenzamos a charlar. Al rato fuimos a un bar cercano y después de un par de tragos me invito a su departamento.
En el ascensor se acerco a mí y nos besamos ardientemente. Era bastante mas alto que yo así que alce mis brazos sobre su cuello y lo abracé fuerte. Su lengua exploraba suavemente el interior de mi deseosa boca y yo sentía el bulto de su ya empalmada polla presionar mi cuerpo.
Al entrar al departamento no perdimos tiempo ya que ambos ardíamos de deseo. Nos ayudamos mutuamente a desnudarnos. Yo me quede solo en interiores y así nos acostamos sobre un sofá. Sentía su peso sobre mí y abriendo mis piernas disfrutaba increíblemente la sensación de su enorme polla tratando de penetrarme a través de mis interiores mientras me besaba. Yo estaba casi a punto de correrme de tanta excitación así que me di la vuelta quitándome los interiores y me lancé a chuparle su bella polla. Me acosté a su lado viendo hacia sus pies para disfrutar su polla ofreciéndole mi lampiño culo para que el también disfrutara de una hermosa vista mientras lo chupaba. Pronto sentí sus dedos explorando mi ano. Mojándose su dedo con saliva comenzó a meterme el dedo. Mientras le mamaba apasionadamente, saboreando a veces un poco su delicioso sabor, él me penetraba con sus dedos. Tanto el cómo yo no aguantaba más. Yo lo quería dentro de mí y el también no podía esperar mas para penetrar mi deseoso y redondo culo.

Nos fuimos a la cama donde yo me acosté de barriga y él comenzó a mamarme el culo con mucha pasión. Su lengua hacia círculos alrededor de mi pulsante ano y me penetraba deliciosamente. No aguantaba más. Quería sentir su polla dentro de mí y le pedí que me follara. El se acostó sobre mi espalda. Su polla se deslizó varias veces entre mis glúteos sin penetrarme hasta que al fin sentí la cabeza de su polla presionar mi orificio y muy suavemente me lo fue metiendo. Al principio me dolió un poco pero él fue muy considerado y solo me metió la cabeza quedándonos inmóviles por un ratito hasta que mi ano comenzó a dilatar para recibir en pleno su deliciosa y enorme polla. Su polla se deslizaba para dentro y para fuera dándome una sensación de llenura increíble. Poco a poco nuestros movimientos fueron acelerando y entrando en total sincronía. Él me besaba mi cuello, mi boca, mi espalda y yo no podía evitar gemir suaves sonidos de placer. Su cuerpo transpirado se deslizaba sobre mi espalda. Nos corrimos casi simultáneamente quedándonos unidos así un rato. Yo estaba casi mareado de lo intensa que fue la follada. Lentamente el saco su aún dura polla de mi húmedo ano. Podía sentir la gran carga de su semen dentro de mí. Con dulzura beso cada uno de mis transpirados glúteos y nos abrazamos por un largo tiempo. Fue una experiencia inolvidable y espero que les haya gustado.
Relato enviado por Eddie

 

 

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